interesante

Y EL MAESTRO SE PRONUNCIO.

Texto de don Francisco Toledo, con su permiso público y aplaudo.
Cuestión de sensatez……

Sabiendo que va a ser imposible, me gustaría olvidar por unas horas todo lo que está suponiendo el “Covid-19”. Aun así, quiero expresar mi pesar por el número de fallecidos e infectados. De igual manera, me gustaría hacer llegar mi agradecimiento y mucho ánimo, a todos esos profesionales que día tras día realizan su trabajo en precario.

Bien, días antes de comenzar el confinamiento por el “Covid-19”, mi vecino que me esperaba en la puerta de su garaje, me suelta: oye Pancho, “pasa pa dentro” y explícame una vez más, eso que siempre me dices cuando te digo que quiero iniciar un nuevo proyecto.

Ya acomodados, le dije: pero hombre, otra vez….. A ver: qué quieres saber exactamente, luego no me vengas con: ¿Y por qué… tú no crees que si…?

Me contesta: venga, que también me gustaría conocer tú opinión sobre esa “historia de chinos” que tanto está acojonando a la gente. Cómo digo, esto fue antes del confinamiento.

Es verdad, siempre habíamos hablado que en tiempos difíciles había que ser más precavidos, más prudentes. Es como si hubiera tenido una premonición de lo que estaba por venir.

En medio de la conversación, me señala para un plato de chochos enormes. Joder, así no le puedo negar nada, me tiene cogido por los…… perdón, la medida. La carne es débil amigos, son “chochos”, no lo olviden, ejem, ejem. Ahhh, y con vino tinto del Guachinche del amigo Manolo, en los altos de La Orotava.

Su interés venía porque a punto de iniciar un proyecto importante tuvo dudas, vio en el horizonte unos nubarrones que le hicieron recular: no sé, no sé, las cosas no pintan bien.

Me alegra que seas prudente: ¿No puedes esperar a mejores tiempos? Casi siempre coincidimos en señalar que la confianza, es lo que ha de primar cuando has decidido iniciar un negocio del tipo que sea. Eso sí, siempre has de contar con los imponderables lógicos.

En cualquier empresa el interés principal está en obtener los mayores beneficios posibles. Si como dices vas a formar parte de una sociedad, no olvides que vas a tener mayores exigencias y responsabilidades que cumplir. Como ya hemos hablado, si no estás convencido de lo que pretendes, no vale la pena intentarlo, resultaría un estrepitoso fracaso.

Me interrumpe: para, para, para, hasta ahí estamos de acuerdo, pero imagina que los riesgos estén calculados: ¿Cuál sería tú opinión?

Si es así, que dudas tienes….??

Contesta: pues que los socios van a ser unos cuantos más de lo que te había dicho.

¡Joder, qué!, ni de coña, si con uno ya tenías dudas, ya me contarás. ¿Los conoces?

Respuesta: no, pero me dicen que son buena gente.

Tú mismo, la buena gente no te garantiza el éxito del negocio. Como quieras, embárcate, pero no olvides llevar chaleco salvavidas para cuando aparezcan los temporales.

Estamos hablando de algo serio, de responsabilidades que obligan a tirar de un carro cargado de importantes compromisos. Por tanto, la amistad en estos casos poco podrá hacer si van a existir obligaciones con terceros. Mi consejo: si es tu ilusión, inténtalo solo.

Pasadas unas semanas y ya confinados, me llama y me dice, Pancho: empiezo a entender el significado de tus palabras y de tu preocupación por mis decisiones. Más vale un consejo sincero  de un viejo amigo, “aunque te joda”, que todos los que te puedan dar unos aduladores gorrones.

Efectivamente querido amigo, eso es exactamente. Es la experiencia de los años vividos los que te hacen presentir ciertos peligros. Una decisión importante poco meditada, puede convertir tu vida en un negocio ruinoso. La soberbia y el orgullo son malos compañeros, déjate aconsejar.

Sin querer polemizar. Así lo veo.

Francisco Toledo Martín. 25/04/2020.

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