Tenía ayer una llamada de teléfono, mi amigo de guimar, vicente, vino a tomarse algo en mi compañia, decido dar el paso social que ya está permitido y colocándome la mascarilla acudo a una terraza cercana. La tarde es maravillosa y oír de viva voz a los amigos no tiene precio.
Maldita la hora, aquella terraza parecía un nido de abejas sin mascarillas niños incluidos, asentía automáticamente. Atodo lo que veía hablar al compañero por qué oír no oía nada, la poca educación de gente que empleaba tonos más propios de forofos de fútbol en una final que gente educada era evidente, los niños gritando como posesos y las mascarillas brillando por su ausencia, gracias que se respetaban las medidas de las mesas por qué la clientela jugaba a la ruleta rusa acercándose unos a otros a menos de medio metro, acojonante!!
Por la tarde el super igual, eso sí, todos con guantes y mascarillas obligados por la dirección, por qué si no aquello sería el cachondeo padre, me mordía el labio por no llamarle la atención a más de uno que donde parará a cojer algún producto se me ponían delante para cojer el mismo, que cabezas dios mío!! Nadie respeta ni son conscientes de cuidarse al menos lo mínimo, el a mi no me pasa es la doctrina oficial de la mayoría y si no salir a pasear y veréis gente sin mascarilla, que pasan a tu lado casi frotándose, el corredor que eso de los dos metros de separación no es con el, y lo más triste es que se da en todas las edades y clases, es el colmo!!
No hay manera de avanzar en la prevención ni por las buenas ni por las malas, no cambiamos.
Creo que hemos tenido tiempo para reflexionar en nuestras costumbres y debemos cuidarnos pero no sería de machotes, de verdad jamás he visto tantos pollos sin cabeza.
Hacer lo que quieran, que este virus lo curan en sanidad que pa eso la pagamos, nosotros estamos exentos del tributo de protegernos y proteger a los nuestros, que ironia. Retorno a casa con la cabeza baja, esto es España y nosotros la muestra de su cultura. Feliz finde.
Maldita la hora, aquella terraza parecía un nido de abejas sin mascarillas niños incluidos, asentía automáticamente. Atodo lo que veía hablar al compañero por qué oír no oía nada, la poca educación de gente que empleaba tonos más propios de forofos de fútbol en una final que gente educada era evidente, los niños gritando como posesos y las mascarillas brillando por su ausencia, gracias que se respetaban las medidas de las mesas por qué la clientela jugaba a la ruleta rusa acercándose unos a otros a menos de medio metro, acojonante!!
Por la tarde el super igual, eso sí, todos con guantes y mascarillas obligados por la dirección, por qué si no aquello sería el cachondeo padre, me mordía el labio por no llamarle la atención a más de uno que donde parará a cojer algún producto se me ponían delante para cojer el mismo, que cabezas dios mío!! Nadie respeta ni son conscientes de cuidarse al menos lo mínimo, el a mi no me pasa es la doctrina oficial de la mayoría y si no salir a pasear y veréis gente sin mascarilla, que pasan a tu lado casi frotándose, el corredor que eso de los dos metros de separación no es con el, y lo más triste es que se da en todas las edades y clases, es el colmo!!
No hay manera de avanzar en la prevención ni por las buenas ni por las malas, no cambiamos.
Creo que hemos tenido tiempo para reflexionar en nuestras costumbres y debemos cuidarnos pero no sería de machotes, de verdad jamás he visto tantos pollos sin cabeza.
Hacer lo que quieran, que este virus lo curan en sanidad que pa eso la pagamos, nosotros estamos exentos del tributo de protegernos y proteger a los nuestros, que ironia. Retorno a casa con la cabeza baja, esto es España y nosotros la muestra de su cultura. Feliz finde.
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